Día Mundial del Viento 2024: celebrando una fuerza de energía inagotable

Exploramos la importancia del viento para la humanidad y por qué se trata de uno de los elementos clave en la descarbonización del planeta.
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Cada 15 de junio, el mundo celebra a una de las fuerzas más poderosas y versátiles de la naturaleza: el Día Mundial del Viento. Este fenómeno, que puede manifestarse como una suave brisa, también lo hace en ocasiones con la fuerza implacable de un huracán.

En su dualidad, el viento destaca por ser una fuente inagotable y limpia de energía. Y también un aliado crucial en la transición hacia un futuro más verde en un tiempo donde el cambio climático y la descarbonización de la industria es una de las cuestiones más acuciantes a nivel global.

¿Qué voy a leer en este artículo?

 

Día Mundial del Viento 2024

Si hubiera que hacer un top 3 de los recursos que han ayudado al ser humano a desarrollarse como especie desde el principio de su existencia, seguramente habría pocas dudas en señalar el descubrimiento del fuego y a la invención de rueda como dos de las claves principales.

Quizás habría más dudas en darle al viento el papel que sin duda se merece en la historia de la humanidad, tal vez porque hablamos de un recurso natural que no tuvimos que descubrir o inventar, simplemente ya estaba ahí ejerciendo su actividad desde antes de que empezáramos a caminar.

Sin embargo, la importancia del viento en las actividades humanas y su interacción en la biodiversidad del planeta es más que vital, por eso para dar a conocer su relevante desempeño celebramos cada 15 de junio el Día Mundial del Viento. Una fecha para poner el foco en la energía eólica, su potencia y las posibilidades que ofrece para remodelar nuestros sistemas energéticos, descarbonizar nuestras economías e impulsar el empleo y el crecimiento.

 

El viento, configurador de la historia de la humanidad

¿Qué le debemos al viento? Estos son sólo algunos de los principales beneficios:

  • Transporte de semillas: El viento juega un papel vital en la polinización de las especies vegetales a través del proceso por el cual las semillas son transportadas por el aire. Esta dispersión permite la biodiversidad y la regeneración de ecosistemas enteros, asegurando la supervivencia de innumerables especies de plantas y, por ende, de los animales que dependen de ellas.
  • Desplazamiento de nubes: El viento es indispensable para dar continuidad al ciclo hidrológico, desplazando las nubes y facilitando la distribución del agua a través de lluvias. Este movimiento atmosférico asegura que regiones áridas reciban humedad y que los recursos hídricos se distribuyan de manera más equitativa, sosteniendo tanto a la agricultura como a las reservas de agua dulce.
  • Funcionamiento de molinos: Durante siglos, los molinos de viento han sido la base de la economía en muchas comunidades agrícolas. Utilizados para moler grano, bombear agua y realizar otras tareas mecánicas, esta invención fue la base que permitió el desarrollo de los aerogeneradores que, hoy en día, nos permiten disfrutar de energía renovable gracias al viento.
  • Navegación marítima: El viento fue clave en la era de la exploración y descubrimiento del mundo. Sin la capacidad de captar y utilizar este recurso natural, las grandes expediciones marítimas que abrieron nuevas rutas comerciales y conexiones entre continentes no habrían sido posibles. Los veleros, impulsados por el viento, surcaron los océanos y facilitaron el intercambio de ideas, culturas y mercancías que han dado forma a nuestra historia global.

 

Desde tiempos ancestrales, ha sido una fuente de inspiración y utilidad para la humanidad. Los primeros navegantes se aventuraron a lo desconocido confiando en las corrientes de aire para impulsar sus velas. Hoy, siglos después, seguimos confiando en esta fuerza elemental, pero con una perspectiva moderna y sostenible que busca aprovechar su poder sin dañar el medio ambiente.

En este Día Mundial del Viento, rendimos homenaje a esta prodigiosa fuerza natural y reflexionamos sobre su papel vital en la mitigación del cambio climático, así como en la construcción de un mundo más sostenible.

 

La energía eólica, clave en la mitigación del cambio climático

Cuando cayó el mazo en la COP28 a finales de 2023, se alcanzó un hito histórico: casi 200 gobiernos acordaron la necesidad de triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial y duplicar las mejoras en la eficiencia energética para 2030, para encaminarse hacia un camino que limite los límites globales. calentándose a 1,5°C.

La energía eólica fue reconocida en el texto de la decisión final como una tecnología clave. Y no sin motivos. En 2023, se instaló una cifra récord de 117 GW de nueva energía eólica en todo el mundo, lo que representa un aumento del 50 % con respecto al año anterior.

La energía eólica ha emergido como una de las principales alternativas a los combustibles fósiles. Las turbinas eólicas transforman el impulso del viento en electricidad sin emisiones contaminantes, ofreciendo una solución limpia y renovable que puede abastecer a millones de hogares y reducir significativamente nuestra huella de carbono.

Según un estudio publicado en ScienceDirect, la energía eólica podría representar más del 30 % de la generación total de electricidad mundial para mediados del siglo XXI, cuando muchos países esperan alcanzar la neutralidad de carbono, y podría reducir las emisiones de CO 2 unas 1.4871 Mt para 2050 y 32.864 Mt para 2100. 

El impacto positivo de la energía eólica no se limita solo al medio ambiente. También ofrece enormes beneficios económicos. La creciente industria eólica genera miles de empleos en instalación, mantenimiento e investigación, revitalizando comunidades locales y fomentando el desarrollo regional.

Además, como ya os contamos en este artículo, las instalaciones renovables son fácilmente reversibles. La repotenciación o la desmantelación puede llevarse a cabo  de forma rápida y económica, y permiten devolver el terreno en que se emplazan prácticamente a su estado original. Desmantelar un parque eólico o una planta solar al término de su vida útil, o cuando sea preciso porque vayan a ser sustituidos por otras instalaciones más modernas y eficientes, es técnicamente sencillo, económicamente asumible y ambientalmente sostenible.

El viento, con su fuerza invisible y su presencia constante, nos ofrece una oportunidad única para abordar los retos del cambio climático. Al celebrar el Día Mundial del Viento, no solo reconocemos la importancia de este recurso renovable, sino que también reafirmamos nuestro compromiso con un futuro más limpio y sostenible. En un tiempo donde cada acción cuenta, apostar por la energía eólica es un paso decisivo hacia la mitigación del cambio climático y la protección de nuestro planeta.

 

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