Desastres naturales y cambio climático
La incidencia del ser humano en el calentamiento global provoca que los fenómenos atmosféricos sean cada vez más violentos
El impacto del cambio climático en los fenómenos naturales extremos
El aumento de la probabilidad de que se produzcan desastres naturales provocados por el cambio climático es una de las advertencias del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que en su informe Gestión de los riesgos de fenómenos meteorológicos extremos y desastres para mejorar la adaptación al cambio climático expone que “existen evidencias derivadas de las observaciones efectuadas desde 1950 de cambios en algunos fenómenos climáticos extremos”.
Según este panel internacional, las variaciones de estos fenómenos climáticos demuestran la influencia del cambio climático provocado por el ser humano “además de la variabilidad natural del clima, con cambios en la exposición y la vulnerabilidad que están influidos tanto por factores climáticos como por factores no climáticos”.
Tsunami Indonesia (2018)
Dos seísmos de magnitud 6 y 7,5 respectivamente sacudieron en septiembre la costa occidental de la isla indonesia de Célebes. Este último temblor desencadenó un tsunami que se llevó por delante todo lo que encontró a su paso en la ciudad de Palu.
El número de fallecidos se cifra por ahora en 1.763 a riesgo de que siga aumentando, ya que al menos 5.000 personas están aún desaparecidas. Además, ha dejado 62.000 personas desplazadas, ahora ubicadas en alrededor de 147 refugios temporales.
Solo en el barrio de Petobo, en Palu, más de 2.000 casas quedaron engullidas por el barro a causa de la licuefacción del suelo, un fenómeno que ocurre cuando un movimiento afecta a superficies de tierra poco consistentes y con bolsas de agua, lo que provoca el hundimiento del suelo y una gran liberación de barro que arrasa con los edificios.
Incendios de California (2018)
Las grandes sequías han sido un caldo de cultivo perfecto para que los incendios forestales en EE.UU. a gran escala se extiendan a gran velocidad. De hecho, cuatro de los cinco incendios forestales más devastadores de la historia del estado de California se han producido desde 2012. Solo en 2017 se quemaron cerca de 559.000 hectáreas y el fuego se cobró la vida de 46 personas.
El incendio ocurrido en julio de 2018 en la zona de Mendocino batió el record, 114.850 hectáreas. Según el subdirector de Cal Fire, “se propagaba extremadamente rápido, era extremadamente agresivo y era extremadamente peligroso”. El fuego provocó, no solo la devastación de la fauna y la flora, sino numerosas evacuaciones.
Huracán Irma (EE. UU, islas del Caribe, septiembre 2017)
Irma fue el ciclón tropical más fuerte observado en el Atlántico desde Wilma, en 2005. Alcanzó la categoría máxima 5 y vientos de hasta 250 km/h, batiendo todos los records registrados hasta esa fecha en cuanto a duración y potencia. A su paso dejó 92 muertos y provocó una de las mayores evacuaciones que se recuerdan, con seis millones de desplazados desde las zonas costeras hacia el norte del país.
Los Cayos de Florida se llevaron la peor parte, donde dejó 1.200 viviendas destruidas y otras 3.000 seriamente afectadas. Pero es en el Caribe donde el huracán fue más mortífero, con 37 fallecidos, diez de ellos en la isla de Cuba a causa de derrumbamientos de viviendas, inundaciones o la caída del tendido eléctrico.
Inundaciones en Perú (América, 2017)
En Perú, un temporal de lluvia provocó inundaciones que dejaron un centenar de muertos, una veintena de desaparecidos, 350 heridos, 120.000 damnificados y más de 740.000 afectados.
El impacto económico fue tal que se estimaron unas pérdidas de 3.000 millones de dólares y una desaceleración con tasas de crecimiento a la baja durante los siguientes meses, si bien desde el gobierno anunciaron que se tomarían medidas de adaptación de las infraestructuras para evitar semejante devastación en el futuro.
Tifón Haiyán (Asia, 2013)
También conocido como tifón Yolanda, el tifón Haiyán devastó el Sudeste Asiático en noviembre de 2013 en el que fue uno de los ciclones tropicales más violentos de la historia moderna.
Durante una semana, el Haiyán golpeó Vietnam, China, Taiwan, la Micronesia, Palaos y Filipinas, siendo éste el escenario más devastado con 6.300 muertos, si bien las cifras no confirmadas pero oficialmente asumidas superan los diez millares. Además, Naciones Unidas reveló que once millones de personas resultaron damnificadas o perdieron su hogar.
Huracán Sandy (América, 2012)
Vientos de hasta 140 kilómetros por hora sumieron a la ciudad de Nueva York en octubre de 2012 en un caos. Era el huracán Sandy, que llegó a la Costa Este de Estados Unidos ya debilitado tras azotar Colombia, Venezuela, Haití, República Dominicana, Cuba, Bermudas, Bahamas y Jamaica.
En la ciudad más poblada de Estados Unidos causó más de 60 muertes y cuantiosos daños materiales antes de continuar su camino hacia el norte en dirección a Canadá, provocando incluso el estado de alerta en la central nuclear de Oyster Creek en Nueva Jersey.
Sequía y hambruna en el Cuerno de África (África, 2011)
Una de las crisis humanitarias más graves de los últimos tiempos asoló el Cuerno de África, impactando de manera especial en Somalia, desde principios de 2011 hasta finales de 2012. Una prolongada sequía provocó la falta de alimentos y más de un cuarto de millón de personas murieron de hambre, entre ellos el 18 % de menores de cinco años en las regiones de Bajo Shabelle, Mogadiscio y Bay según Naciones Unidas.
La hambruna se vio además acentuada por los conflictos sociales y políticos que configuran la realidad somalí desde hace más de veinte años, incapaz de dar respuesta a los más de diez millones de personas que padecieron la escasez de alimentos y agua.
Ola de calor en Rusia (Europa y Asia, 2010)
Si la ola de calor que golpeó Europa en 2003 fue violenta, la de 2010 que azotó especialmente a Rusia la superó en todos los sentidos, ya que fue, según científicos españoles que la investigaron, la peor de los últimos quinientos años.
La mortalidad se disparó un 50 % hasta alcanzar los 53.000 rusos fallecidos, bien directamente por efecto del calor o de manera indirecta, como las 1.500 personas que se ahogaron mientras trataban de mitigar los rigores del calor en el agua.
Incendios Forestales de Victoria (Oceanía, 2009)
Casi medio millón de hectáreas arrasadas, más de doscientos muertos, más de quinientos heridos, zonas urbanas y rurales, terrenos agrícolas, bosques, reservas y Parques Nacionales afectados convirtieron el verano austral de 2009 en un infierno para el estado australiano de Victoria.
Para que se dieran una serie de incendios tan destructores confluyeron una ola de calor extrema, una sequía sin precedentes y fuertes rachas de viento. El suceso llevó al gobierno australiano a endurecer en un grado muy significativo sus leyes de prevención.
Ciclón Nargis (Asia, 2008)
Casi 140.000 muertos fue el trágico balance oficial del ciclón tropical Nargis, que entre abril y mayo del año 2008 devastó múltiples zonas de Sri Lanka, India, Bangladés y Birmania, muchas de ellas especialmente vulnerables.
El fenómeno fue de una violencia extrema en Birmania, donde 85.000 personas fallecieron y alrededor del 80 % de las infraestructuras del país resultaron destruidas o gravemente dañadas. Además, hasta 600 poblaciones del estado birmano quedaron anegadas por el agua tras las inundaciones que siguieron al ciclón.
Huracán Katrina (América, 2005)
El fenómeno climático que inundó el 80 % de Nueva Orleans en el verano de 2005 también dejó más de 1.800 muertos en Estados Unidos, una cifra elevada teniendo en cuenta que el huracán Katrina tuvo lugar en un país desarrollado.
El Katrina también afectó a las islas Bahamas, Cuba, los estados de Florida, Misisipi y Alaba, pero fue en la ciudad más poblada de Luisiana donde la subida del agua causó más destrozos. Hoy, más de una década después, la ciudad está casi completamente restaurada y se han situado diques de contención.
Ola de calor en Europa (Europa, 2003)
Con temperaturas medias de hasta 9 ºC más que durante el mismo período en otros años, más de 52.000 personas fallecieron en Europa a causa de la ola de calor que azotó el viejo continente en el verano de 2003.
Especialmente el sur, con España, Italia y Portugal, pero dejándose notar también en Inglaterra, Francia o Alemania, las muertes y problemas de salud fueron constantes durante los 16 días consecutivos que duró una ola de calor especialmente cruel con los ancianos.
Fuentes: Naciones Unidas, Naciones Unidas II, IPCC, 20 Minutos, ABC, El País, El Mundo, Oxfam, RTVE, Terra Ecología, Europa Press, Muy Interesante, El Mundo II, El País II, Naciones Unidas III, La Tercera, El País III, El Mundo III, El País IV, Clarín, El Mundo IV y El País V.