Trabajar a altas temperaturas, los efectos del cambio climático en el mundo laboral

El aumento de las temperaturas es una de las consecuencias más peligrosas del cambio climático y entraña muchos riesgos para la salud de los trabajadores.
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La temperatura en la Antártida está llegando este verano a cotas alarmantes. De hecho, según un reciente estudio publicado en la revista Nature Climate Change, el Polo Sur se calienta tres veces más rápido que el conjunto del planeta. Pero el preocupante ascenso de las temperaturas no solo sucede allí, sino que se da a nivel planetario. En Chile, por ejemplo, la temperatura media del país en 2016 fue más de medio grado superior que la registrada entre los años 1981 y 2010. Mientras, en México ha aumentado de manera acelerada en el último lustro. En este periodo se han registrado los dos años más calurosos de las últimas siete décadas.


Australia, es un ejemplo más, ya que vive en la actualidad las temperaturas que los expertos habían previsto como peor escenario para 2050: el año 2019 fue el más caluroso registrado en el país, con un aumento de 1,52 grados por encima de la media, según datos de la Oficina de Meteorología.


Son muchas las noticias que nos recuerdan que el cambio climático es una realidad que ya no se puede evitar, por lo que tenemos que trabajar con urgencia para adaptarnos y mitigar sus efectos. Para ello, los planes y acuerdos gubernamentales como el Green Recovery serán esenciales. Pero además, todos los sectores tendrán que poner en marcha iniciativas que les permitan adaptarse a las consecuencias del calentamiento global.


Uno de ellos es el sector de la construcción. Los expertos en esta área reconocen que los efectos relacionados con las temperaturas extremas supondrán el 56% del coste económico total que ocasionará el cambio climático hasta el año 2030, un importante problema económico y sanitario de primer orden. Pero, ¿cómo podemos paliarlo?

 

Proteger a los trabajadores del aumento de las temperaturas

Al igual que un trabajador en Noruega no se expone a las mismas temperaturas que uno en Qatar, no es lo mismo trabajar bajo el sol del mediodía que cuando está amaneciendo. Exponerse a altas temperaturas desempeñando un trabajo físico puede resultar realmente peligroso para la salud.


Con el objetivo de prevenir este riesgo nace la iniciativa Heat-Shield, un proyecto tecnológico cuya finalidad es medir y controlar el estrés térmico de los empleados de la construcción. Se trata de unos chalecos que ayudan a proteger la salud de los trabajadores mediante unos sensores inalámbricos que recogen la temperatura del cuerpo y que hacen saltar una alarma al superar una temperatura determinada.


Una nueva tecnología que, en un futuro, podría convertirse en un indispensable para mejorar las condiciones de seguridad de los trabajadores. Y es que, para este tipo de perfiles donde se requiere esfuerzo físico, uno de sus grandes enemigos para la integridad y la salud del trabajador son las temperaturas elevadas.


Este tipo de iniciativas pueden ayudar a calibrar los horarios laborales según los lugares donde se desarrollen, ya que el calor será una realidad creciente, especialmente acuciante en las zonas más afectadas por el cambio climático y en lugares con una importante pujanza del sector de las infraestructuras, como los países árabes, donde las condiciones climatológicas, ya de por sí extremas, serán más desfavorables a medida que se agudice el calentamiento global.

 

Anticiparse a los efectos del cambio climático

Este proyecto, en el que ACCIONA trabaja conjuntamente con 19 instituciones, aborda el impacto que tiene el aumento de temperatura en ciertos escenarios laborales debido a los efectos del cambio climático. Analizar estos datos es el primer paso para que se proporcionen estrategias de adaptación para las principales industrias de la Unión Europea, entre las que se encuentran la construcción y el transporte.


Entre los hitos a alcanzar dentro de la iniciativa Heat-Shield se encuentra evaluar los actuales riesgos para la salud que son consecuencia del calor en el lugar de trabajo, así como los problemas que se espera que aparezcan en determinados puestos de trabajo a raíz del cambio climático.


También se pretende desarrollar soluciones que contrarresten estos peligros y desarrollar un servicio de acceso abierto en línea que anticipe y advierta sobre eventos que puedan representar una amenaza para la salud de los trabajadores. Además, se realizará una evaluación de los efectos en términos económicos, sociales y de salud y su impacto en la reducción de las desigualdades sanitarias y sociales.


En definitiva, se trata de un proyecto que busca soluciones para los problemas a los que, irremediablemente, vamos a tener que hacer frente. Y es que, si no hemos podido evitar el cambio climático tenemos que ser capaces, al menos, de adaptarnos a los efectos con los que tendremos que convivir.


Fuente: IPCC, The Guardian, eldiario.es