Innovaciones al servicio de la sostenibilidad
Edificios energéticamente autosuficientes, máquinas que reconstruyen islas, invenciones que fomentan la economía circular… Son algunas de las innovaciones que nos permiten imaginar un mundo más sostenible.
Innovaciones al servicio de la sostenibilidad
Van Gogh dijo una vez qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo. Y yo os pregunto, ¿qué sería del planeta si no tuviéramos a la innovación para intentar conseguir un mundo más sostenible?
La sostenibilidad y la innovación son dos conceptos que deben ir de la mano. La propia definición del verbo innovar nos habla de hacer las cosas de otro modo, a poder ser mejor que el anterior: cambiar las cosas introduciendo novedades.
¿Acaso la sostenibilidad no va, precisamente, de cambiar las cosas? Otro mundo mejor es posible. Uno donde la sociedad avance sobre los tres pilares de protección medioambiental, desarrollo social y crecimiento económico. En este artículo queremos presentaros proyectos innovadores que ya trabajan al servicio de la sostenibilidad.
The Ocean Cleanup: una estructura kilométrica para atrapar la basura
Cada año se vierten al mar ocho millones de toneladas de plástico. Hasta ahora, la limpieza de los plásticos que pueblan los océanos se realizaba con grandes embarcaciones recolectoras que se desplazaban a lo largo de miles de millas náuticas persiguiendo islas de basura. El titánico esfuerzo apenas se veía recompensado con una pequeña parte de desechos recogidos y procesados, y se calcula que harían falta miles de años de trabajo para limpiarlos empleando redes y barcos.
El proyecto The Ocean Cleanup aparece como una solución mucho más eficiente. Se trata de un sistema estático de recolección con mínimo impacto ambiental y con el que tan solo bastarían diez años para limpiar de plástico el Océano Pacífico. El invento consiste en una mega estructura en forma de ‘V’ de más de dos kilómetros de longitud que se sitúa en un lugar estratégico del océano para ir juntando toda la basura que es arrastrada por las corrientes marinas. Una vez dentro de la estructura, el plástico no puede salir y es entonces cuando se aprovecha para recogerlo y procesarlo.
Pilas de combustible alimentadas con residuos de madera
La lignina, en el proceso de transformación de madera en papel, se separa de la celulosa y se desecha. Cada día, toneladas de esta sustancia van a parar a vertederos, a pesar de que podrían ser utilizadas en aplicaciones de gran interés. Uno de los ejemplos de uso es una pila de combustible basada en lignina y cuya generación de energía eléctrica es similar a la producida por las actuales pilas de etanol o metanol.
Aunque no están tan extendidas como las pilas de litio o cadmio, las pilas de combustible ya proporcionan energía en numerosas situaciones. Uno de los usos más habituales es el transporte, especialmente autobuses urbanos, pero también son utilizadas como generadores eléctricos portátiles para suministrar entre 5-500 kW de potencia.
Utilizan la energía de las olas para reconstruir una isla
Hasta un 40 % de la población mundial vive en zonas costeras que resultarán afectadas por la subida del nivel del mar. Por desgracia, revertir el cambio climático llevará mucho más tiempo del que esas poblaciones disponen para sobrevivir. Por eso, junto con la creciente presión para potenciar las energías renovables, se están desarrollando estrategias paliativas que mitiguen los efectos más graves del calentamiento global.
Uno de esos enfoques es el adoptado por un equipo del MIT estadounidense, que ha conseguido utilizar las propias fuerzas de la naturaleza para reconquistar parte del terreno perdido. Concretamente, canalizando la energía de las olas y fomentando la formación de bancos de arena. En el plazo de cuatro meses este innovador proyecto tecnológico ha logrado que una parte de la línea de costa se ensanchara en medio metro.
Trashpresso, la planta recicladora portátil que convierte el plástico en baldosas
Imagina un híbrido entre una cafetera de cápsulas y una impresora 3D portátil. Luego multiplica el tamaño exponencialmente y ponle unas placas fotovoltaicas para alimentar la máquina resultante con energía solar. Y en vez de utilizar un material de impresión prefabricado, imagina que el dispositivo es capaz de reciclar plásticos procedentes de desechos para fabricar materiales de construcción. Pues de eso va fundamentalmente Trashpresso, la máquina de reciclaje desarrollada por Miniwiz, una empresa taiwanesa especializada en sostenibilidad y reciclaje de desechos industriales y particulares siguiendo los principios de la economía circular.
Esta planta recicladora portátil puede procesar cualquier elemento plástico, incluyendo botellas y recipientes, y convertirlos en losas que pueden emplearse con fines decorativos. Otra de las ventajas de esta innovación tecnológica es que el agua empleada para filtrar los residuos plásticos también se reutiliza, por lo que el consumo de agua es extremadamente reducido.
Un nuevo revestimiento convierte los edificios en huertos solares
El santo grial del urbanismo sostenible es lograr edificios energéticamente autosuficientes. Para ello, han creado una fina película con propiedades fotovoltaicas aplicada sobre fachadas de hormigón que podría multiplicar considerablemente la generación de energía solar en edificios.
El sistema que integra este tipo de película fotovoltaica de un milímetro de grosor en los paneles de hormigón puede producir el doble de energía que un tejado solar. De hecho, un edificio de diez plantas con un 60 % de su superficie recubierta con HeliaFilm, así se denomina esta solución energética, podría cubrir el 30 % de sus necesidades eléctricas.
Hydraloop, una innovadora depuradora de agua doméstica
La depuradora de agua doméstica Hydraloop parece un frigorífico futurista, pero en su interior aloja una serie de sofisticadas tecnologías que posibilitan grandes ahorros en el consumo de agua. Tras diez años de investigación, sus desarrolladores han incorporado seis procesos de depuración del agua: sedimentación, flotación, flotación disuelta en aire, fraccionamiento de espuma, biorreactor aeróbico y desinfección por medio de luz ultravioleta, que sería el paso final. El resultado es la reutilización del 85 % del agua consumida en el hogar, con una reducción del 45 % en el consumo de agua y una cifra similar en las emisiones de agua al sistema de alcantarillado. Además, reduce la huella de carbono en un 6 %. Sí conviene hacer una matización en todo caso: el agua depurada no se utiliza para el consumo humano, sino para duchas, lavadoras y lavavajillas. También han desarrollado un modelo destinado al agua de riego.
El musgo que se come la polución
Un pequeño bosque en plena urbe. No, no se trata del típico jardín o parque, ni es un conjunto de árboles al uso. Su nombre es City Tree y, según sus ideólogos, ofrece la protección al medioambiente de 275 árboles naturales. Gracias a él, el problema de la contaminación puede serlo un poco menos.
City Tree, creado por científicos alemanes, es un musgo inteligente capaz de destruir las partículas dañinas de dióxido de nitrógeno y dióxido de carbono, además de generar oxígeno. Y al mismo tiempo, enfría el aire que lo circunda.