Huella de carbono: ¿Mejor árbol de Navidad natural o de plástico?

Llegan las Navidades, y con ellas la duda de si es más sostenible un árbol natural o comprar uno de plástico. ¿Cómo es la huella de carbono de cada uno?

La huella de carbono es la cantidad de emisiones, de gases de efecto invernadero, que produce el ser humano al fabricar un producto o realizar sus actividades diarias, es la huella que deja nuestro paso en el planeta. Se expresa en toneladas de CO₂ emitidas.

Según un informe de la organización británica Carbon Trust, un árbol natural que acaba convertido en astillas para carpintería o es quemado como leña tiene una huella de carbono de 3,5 kg de CO₂. Si el árbol termina descomponiéndose en un vertedero, su huella aumenta significativamente a 16 kg.

La huella de carbono de un árbol artificial, es bastante mayor, hasta de 40 kg de CO₂, por lo que resultaría más sostenible siempre que fuese reutilizado por, al menos, 12 años, en comparación a uno natural que termina convertido en astillas.

Ventajas del árbol de Navidad natural frente al de plástico:

• El árbol de plástico generalmente proviene de países lejanos (como China), lo que aumenta la huella de carbono generada por el transporte. El natural, suele ser de viveros cercanos, lo que reduce esta huella.
• Mientras el árbol natural ha sido criado, ha funcionado absorbiendo CO₂, y lo continúa haciendo en los hogares.
• Una vez nos deshacemos de ambos tipos de árboles navideños, el natural es biodegradable y puede usarse para compost o biomasa, generando muy poco CO₂. El de plástico, genera mucho más CO₂ en su proceso de reciclaje, ya que contiene derivados del petróleo y sin su correcto reciclado, tardaría cientos de años en degradarse.
• Pero, ¿qué aspectos debemos tener en cuenta si optamos por el árbol de Navidad natural?
• Debemos asegurarnos que provengan de viveros con el fin de comercializarlos, y evitar los que se han cortado sin control en la naturaleza (en bosques vírgenes). Muchos viveros disponen de este tipo de árboles específicamente destinados a estas fechas.
• Mejor si el árbol natural ha sido criado y se nos vende en maceta, ya que algunos pueden sobrevivir y después de la recogida se pueden trasplantar. El porcentaje que sobreviven a la Navidad no llega al 10%, pero éstos se han de aprovechar.
• Debemos informarnos también del servicio de recogida. La mayoría de viveros cuentan con él, pero es importante este aspecto, ya que nos aseguramos que terminan siendo reciclados o trasplantados. Si se reciclan, suelen terminar como astillas para biomasa o como compost.

Hay 3 formas en las que se nos presenta el árbol de Navidad natural:

• Extraído del suelo sin raíz: Estos son de usar y tirar, generalmente se trituran y reciclan como abono.
• Extraído con un cepellón de tierra: Si se ha sacado con una buena cantidad de tierra adherida a sus raíces, hay alguna posibilidad de que sobreviva.
• Cultivado en maceta: Tiene más probabilidades de sobrevivir, pero hay que tener cuidado con la calefacción, las altas temperaturas hacen que muera pronto.

Con todos estos datos, se concluye que, siempre que no provengan de tala en bosques vírgenes, es mejor opción adquirir un árbol de verdad. Después lo pueden recoger y reciclar, o trasplantar si aún continúa vivo. Seguro que tienes un vivero cerca de tu ciudad, como estos de Madrid, Ciudad de México o Bogotá.

Si elegimos uno de plástico, deberemos alargar su vida útil por más de 12 años para que compense en cuanto a generación de toneladas de CO₂, y, por supuesto, asegurarnos de que es reciclado correctamente.

Fuentes: Carbon Trust, Infojardín e Ingenieros de montes.