La taxonomía europea, una herramienta crucial para descarbonizar la economía
¿Qué es la taxonomía europea y por qué será clave para una recuperación económica resiliente y sostenible?La taxonomía europea de finanzas sostenibles es una nueva clasificación de las actividades económicas que contribuyen a los objetivos medioambientales de la Unión Europea, tales como mitigar y adaptarse al cambio climático. Este listado de activos permite a los inversores saber, de forma objetiva, si una actividad contribuye significativamente a las metas de sostenibilidad de Europa.
El fin de esta nueva taxonomía es aumentar la confianza en las inversiones verdes y en que éstas cumplan con unos criterios sólidos y transparentes alineados con el Pacto Verde Europeo y los compromisos bajo el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Con la implantación de la taxonomía, cualquier inversor que invierta en empresas y patrimonios que se declaren como verde, podrá saber hasta qué punto lo son.
La taxonomía enfocada en mitigación y adaptación al cambio climático fue adoptada por el Consejo Europeo en Junio 2020, con el endoso reciente del Parlamento Europeo y el apoyo del Grupo Experto Técnico sobre finanzas sostenibles de la Comisión. En este artículo os contamos cómo nace y qué utilidad puede tener para orientar los paquetes de recuperación verde tras la pandemia COVID-19.
La sostenibilidad como criterio para construir la nueva economía
La crisis del coronavirus está sacudiendo al mundo entero, una crisis sanitaria que podría, además, conducirnos a otro período de recesión. Pero muchos expertos del campo de la economía defienden que las fórmulas financieras para salir de ella son las mismas que para afrontar la crisis climática, esa otra emergencia global postergada por la súbita llegada de la pandemia que no podemos olvidar que sigue ahí
La crisis climática precisa de una acción decidida que reduzca a la mitad las emisiones de dióxido de carbono en 2030 y nos lleve a la neutralidad en 2050 para cumplir con el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París: que la temperatura del planeta no ascienda por encima de 1,5° con respecto a la era preindustrial.
¿Pero por dónde empezamos a construir esta nueva economía? Herramientas como la taxonomía europea serán clave para que las empresas puedan afrontar la necesaria transformación.
¿Qué es la taxonomía europea?
En 2018, la Unión Europea diseñó un plan que contribuyera al movimiento de capital privado hacia inversiones sostenibles. Para ello, nombró a un grupo de 35 expertos quienes definieron una clasificación de 72 actividades que deben cumplir, de forma medible, con estos tres criterios:
- Contribuir a una economía neutra en carbono.
- No dañar significativamente otros objetivos medioambientales.
- Llevar a cabo su actividad con un mínimo de estándares éticos y laborales.
Con estos criterios técnicos cuantificables y medibles, la taxonomía persigue estos 6 objetivos ambientales:
- La mitigación del cambio climático
- Adaptación al cambio climático
- Sostenibilidad y protección de agua y recursos marinos
- Transición a una economía circular
- Prevención y control de la contaminación
- Protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas
O lo que es lo mismo: para que una actividad económica esté alineada con la taxonomía, primero tiene que demostrar que contribuye a uno de los 6 objetivos ambientales, tiene que demostrar que no perjudica al resto y cumplir con las garantías sociales mínimas.
El reglamento de la taxonomía establece, como ejemplo, que las actividades de generación de energía que utilizan combustibles fósiles sólidos no se consideren ambientalmente sostenibles y por lo tanto no pueden incorporarse a ella.
Uno de los fines más importantes de la definición de estos criterios, y de la elaboración de la lista de actividades, es incentivar al sector financiero a que el capital fluya hacia las inversiones que realmente respondan a las necesidades de la agenda sostenible.
Así es como nació la taxonomía de la Unión Europea, cuyo uso en respuesta a los impactos de la pandemia ayudará a que los distintos agentes financieros (fondos y patrimonios, inversores institucionales, compañías de seguros, bancos de desarrollo y capital privado, agencias de calificación, entre otros) identifiquen no sólo los riesgos, sino también las oportunidades detrás de la inversión sostenible.
En definitiva, la taxonomía brinda la oportunidad de construir un modelo de recuperación y desarrollo diferente como parte del Green Recovery, que tras la pandemia resulte en una economía descarbonizada, sostenible y resiliente.
Fuente: Comisión Europea, TEG, Spainsif, Green Recovery Call to action, El Economista,