Los jóvenes se cuelan como principales actores en las cumbres del clima

87 multinacionales se comprometen a eliminar sus emisiones para 2050 en el marco de la Cumbre del Clima de Nueva York y Greta Thunberg espolea a los Estados.
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 Hace poco más de un año, Greta Thunberg no era más que una ocurrente niña pertrechada de una pancarta casera ante el Parlamento de su país que advertía Skolstrejk för klimatet (huelga escolar por el clima). Hoy, la líder del movimiento Fridays for Future es una de las protagonistas de la Cumbre del Clima de Nueva York organizada por Naciones Unidas, no solo en la reunión especial de jóvenes contra el cambio climático celebrada antes de su arranque, sino como invitada, a pesar de sus escasos 16 años, en la “cumbre de los adultos”.  Y es que parece que la presión de la calle ha calado también en Naciones Unidas y están dispuestos a servirse de ella en esta cumbre internacional para interpelar a los Gobiernos a actuar contra el cambio climático.

Pero, además, este año la Cumbre del Clima tiene otro protagonista: el sector empresarial. Justo antes de su arranque, 87 de las mayores empresas del mundo han anunciado que en 2050 sus emisiones de gases de efecto invernadero serán cero, alineando sus negocios con los objetivos marcados en el Acuerdo de París y con las recomendaciones de la comunidad científica para limitar los peores impactos del cambio climático.

El reto, más y mejores compromisos de los Estados

La Cumbre del Clima de Nueva York 2019, organizada por el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, plantea este año una de las metas más ambiciosas de las últimas celebradas hasta la fecha: retar a los Estados a que se comprometan con planes mucho más duros contra el cambio climático, ya que las NDCs (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional por sus siglas) propuestas por los Gobiernos no son suficientes.

Cumbre del Clima Nueva York

El Acuerdo de París firmado en 2015 obliga a los Gobiernos a presentar medidas para que la temperatura del planeta no ascienda durante este siglo por encima de los 2 °C respecto a la era preindustrial y hacer todo lo posible para que ese aumento quede por debajo de 1,5° C. El problema es que si sumamos todos los planes contra el cambio climático que han enviado los países firmantes, la temperatura aumentaría más de 3 °C, lo que significaría un impacto letal en el planeta y en el ser humano, según advirtió el último informe del IPCC, el panel internacional de expertos que asesoran a la ONU. La primera revisión a esos planes es en 2020, pero Antonio Guterres ha pedido a los países que participan en la Cumbre del Clima de Nueva York que anuncien o presenten sus revisiones ya.

 

Descarbonizar la economía sí o sí

La lucha contra el cambio climático se orienta cada vez más en una clara dirección: la descarbonización radical de la economía. El Secretario de la ONU ha espoleado a los Estados para que no se construyan más centrales de carbono a partir de 2020, que se acaben los subsidios a los combustibles fósiles y que pongan todo de su parte para lograr la neutralidad del carbono –balance cero de emisiones contaminantes- en 2050.

Una de las cuestiones centrales de la Cumbre del Clima de Nueva York y que ha demostrado ser más eficiente en este sentido es la de la fijación del precio del carbono, es decir, cuantificar monetariamente el coste de emitir gases contaminantes para que empresas y gobiernos puedan destinar ese coste a la inversión en modelos de producción no contaminantes: contaminar no puede salir gratis o mejor dicho el que contamina paga. La clave del precio del carbono es que sea lo suficientemente alto como para poder redirigir la inversión hacia modelos económicos más sostenibles. Para ello también se han creado mercados de emisiones en los que se fija un volumen máximo permitido. Los gobiernos por su parte también pueden asignar impuestos específicos a las emisiones.

Pero además de estas herramientas institucionales, la responsabilidad del sector privado para reducir las emisiones contaminantes es clave con la autoimposición por parte de las empresas del precio del carbono, es decir, que las compañías repercutan el precio de sus emisiones en los costes de sus operaciones.

 

Iniciativas históricas del sector empresarial en la Cumbre del Clima

La Cumbre del Clima de Nueva York no solo reúne a los Estados, sino que congrega a inversores y CEO de grandes multinacionales, actores esenciales en el mercado y en las políticas que deben apoyar la lucha contra el cambio climático.

De hecho, puede que esta Cumbre del Clima sea recordada precisamente porque el sector privado ha tomado las riendas de la lucha contra el cambio climático con una iniciativa histórica: 87 grandes empresas de 27 países, con una capitalización de mercado conjunta de US$2,3 billones, se han comprometido a conseguir la limitación a 1,5ºC de la subida de la temperatura del planeta y alcanzar el nivel ‘cero emisiones’ antes de 2050.

Además, algunas multinacionales se han adherido a la petición del Carbon Pricing Leadership Coalition (CPLC) del establecimiento de políticas de precios del carbono estables y a largo plazo como herramienta básica frente a la emergencia climática y se han suscrito al compromiso de liderar una transición justa con empleos verdes y de calidad.

Y es que, si los grandes consejos de administración son capaces de lograr sus objetivos empresariales, no hay duda de que también podrán lograr los objetivos ambientales que nos demanda el planeta.

 

Fuentes: The New Yorker, El País, Climate Week NY 2019, Pacto Mundial de la ONU